El 14, 15 y 16 de octubre se realizará en el Chaco el 32° Encuentro Nacional de Mujeres, con una masiva asistencia del país y delegaciones de América latina y el mundo. Trabajarán en 71 comisiones distribuidas en 98 escuelas y Centros Culturales, que contarán con 1035 aulas habilitadas.
A las multitudinarias concentraciones que se vienen realizando contra la Violencia de Género con la frase que sintetiza la problemática #NiUnaMenos, se intensifica diariamente la participación de las “Mujeres Sindicalistas”, un colectivo que en cada encuentro duplica la participación no solo en cantidad de organizaciones, sino en cantidad de asistentes. Se suceden reuniones en localidades, grandes y pequeñas y encuentros nacionales. Confluyen distintos espacios de la CGT y CTA, con el único fin de encontrar un cauce para darle espacio a una necesidad latente e insatisfecha.
Lo central es visibilizar las mujeres en la militancia gremial, un terreno con un alto nivel de machismo, pelear por la representación de las mujeres en las organizaciones sindicales y que exista un mayor acceso a los puestos de conducción.
Pero la propia coyuntura hace que la temática se amplíe. Que se analice las políticas que avanzan en el mundo del trabajo, en los derechos laborales, en el entramado productivo, con el lógico impacto en la mujer trabajadora.
Cualquier estadística muestra que son más las mujeres desocupadas que los varones, que ocupan el mayor número en subocupación, precarización y trabajo en negro. Que a igual tarea su salario es un 27% inferior. No solo se toma en cuenta el trabajo que el mercado define como trabajo; también la enorme tarea que realizan en sus hogares y en la comunidad.
Esta desigualdad histórica, hacen que discutan la Ley de Contrato de Trabajo, que se tome como neurálgico la “Batalla cultural” que hay que disputar en tiempos de neoliberalismo, de individualismo y de exaltación de la meritocracia.
Desde aquí se llama a la unidad del movimiento obrero, denunciando que el ataque a las organizaciones sindicales es producto de la necesidad de barrer con las defensas que tienen los trabajadores, que lograron que nuestro país tenga los mejores salarios y los mayores derechos de toda América Latina. Las compañeras trabajadoras de seguridad privada, a través de la secretaría de la mujer, tienen una activa participación en esta construcción colectiva.